🍴 Los mejillones son un súper alimento repleto de nutrientes y, además, un delicioso manjar al alcance de todos los bolsillos. Son muy fáciles de limpiar, rápidos de cocinar y hay una gran variedad de recetas que podemos preparar con ellos. Por eso, son un gran recurso para nuestras cenas o comidas más especiales
¿Cómo saber cuándo es la temporada ideal para aprovechar todo el sabor a mar de los mejillones? Un truco muy fácil para recordar cuándo debemos comprar mejillones ya que están es su estado óptimo es pensar en los meses que contienen las "R" como diciembre o... ¡abril! Hoy te traemos esta deliciosa receta para que aprendas a preparar este plato de mar y montaña.
INGREDIENTES:
Mejillones, agua, una hoja de laurel, AOVE
Salsa: queso azul, agua de cocción de mejillones, sal
PASOS:
Receta ideal para esas comidas de verano y para los amantes del queso que hará que nos chupemos los dedos al mismo tiempo que impresionamos a nuestros invitados.
– Paso 1: Lo primero que tenemos que hacer es limpiar los mejillones. ¿Cómo se hace esto? Pues muy sencillo: veremos que salen unos pelillos del interior del mejillón, conocidos popularmente como 'las barbas'. Pues simplemente lo que debemos hacer es tirar de la barba hacia un lado y arrancarlos. Así nos quedaran limpios y sin suciedad.
– Paso 2: Para cocer los mejillones los colocaremos en una olla con un poquito de agua, 1 hoja de laurel y una gotita de aceite de oliva virgen. ¡Ojo! No debes cubrirlos en agua por que lo que queremos hacer es cocinarlos al vapor. Una vez que el agua esté hirviendo incorporamos los mejillones y tapamos la olla. Solo tardará unos minutos en cocinarse hasta que observemos que se abren.
– Paso 3: Para la salsa de queso azul ponemos un poquito de nata en un cazo, calentamos, añadimos el queso azul y un poquito de agua de la cocción de los mejillones y trituramos. Ponemos algo de sal al gusto y listo.
– Paso 4: Para terminar vertemos la salsa de queso azul en un sartén ancha, le añadimos los mejillones ya cocidos con la cáscara y dejamos cocer unos minutos.
Ya solo nos queda servirlos en una fuente, cogerlos con la mano y llevárnoslos a la boca. ¡Espero que los disfrutéis!